5/4/11

La Divina Comedia, una conferencia de Borges


Borges, 1985. Después de una conferencia.


1949. Un Borges de casi 50 años, tímido, cegatón, de gafas gruesas, sorprende por su paradójica facilidad para las conferencias. Lo cuenta Adolfo Bioy Casares, su amigo, que asiste a casi todas las que imparte:

«
Jueves, 21 de julio. Hoy, por primera vez, oí una conferencia de Borges. Habló sobre George Moore. Habló tan naturalmente que me hizo pensar que la dificultad de hablar en público debía de ser ficticia. No habla con énfasis de orados: conversa, razonando libre e inteligentemente».

Sí, Bioy, que lo conoce desde hace más de un lustro, desconfía: «Habló tan naturalmente que me hizo pensar que la dificultad de hablar en público debía de ser ficticia». Y días antes, registra:

«Martes, 5 de julio. Borges anda muy ocupado con sus clases. No lee en público, habla. Ha dictado un curso sobre escritores norteamericanos; dicta uno sobre escritores ingleses modernos, otro sobre místicos, otro sobre literatura inglesa. Dio en el Rosario una conferencia sobre literatura fantástica; dará, en la ciudad de Córdoba, otra sobre Dante; en otra parte una sobre Martín Fierro. Interviene en debates públicos; improvisa en banquetes».


Años más tarde, en 1960, Bioy insiste: «Qué equivocados los que afirman que no habla bien: no habla con elocuencia retórica, habla pensando y piensa con libertad, con profundidad, con riqueza. Nunca podría yo hablar así; pensar, ante mucha gente que escucha, así. Quizá la ceguera lo aísla y lo ayuda». Acaso ahí está la clave. Se hablaba así mismo, no al público invisible.

...


Borges y las conferencias. Título posible de un artículo que, posiblemente, ya ha sido escrito por algún profesor. Lo que comenzó por allá en los años cincuenta como una forma de ganarse unos pesos de más, terminó por convertirse en una de las caras del polifacético Borges; un hábito del que nunca pudo librarse, del que no quería librarse y disfrutaba —salvo un día, cuando le dijo a Bioy que le parecía una «actividad vana»; la del Borges que habla en público, el actor, el vanidoso, ese al que no le basta el silencio: el otro.

...


Fueron muchos los ciclos de conferencias que dio Borges. Menciono tres:


En 1967, la Universidad de Harvard lo invita a dictar las Charles Eliot Norton Lectures —las mismas en las que antes participaron Eliot y Cummings, Robert Frost y Gilbert Murray. En el libro Arte Poética —en inglés: This craft of verse— se reunió este ciclo de seis conferencias. (Crítica, 2001)


La Universidad de Belgrano, en 1978, le propone dar cinco clases. Elige como temas el libro, la inmortalidad, Swedenborg, el cuento policial y el tiempo. Las conferencias fueron posteriormente publicadas bajo el título Borges, oral. (Bruguera, 1980) (Esa serie de conferencias comienza así: «De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro. Los demás son extensiones de su cuerpo. El microscopio, el telescopio, son extensiones de su vista; el teléfono es extensión de la voz; luego tenemos el arado y la espada, extensiones de su brazo. Pero el libro es otra cosa: el libro es una extensión de la memoria y la imaginación».)


En 1977, en el teatro Coliseo de Buenos Aires, Borges ofrece siete conferencias. Habla sobre la Divina Comedia, la pesadilla, Las mil y una noches —el 1º, el 15 y el 22 de junio—, el budismo,la poesía, la cábala —el 6, 13 y 26 de julio— y la ceguera —el 3 de agosto—. Un par de años después, el Fondo de Cultura Económica publica, revisadas por el autor y bajo el título Siete noches, la totalidad de las conferencias.


Ponemos a su alcance una de esas siete conferencias, la dedicada a la obra de Dante, La Comedia.



3 comentarios:

hugo dijo...

Hola Christian:
Vengo del Blog de Eduardo Berti,he visitado tu -vuestro- blosss y con tu -vuestro- permiso me quedo por aquí y hago casi de inmediato el enlace al mío.

salut,

hugo

Christian C. Londoño dijo...

Bienvenido Hugo, bienvenido.

Ya mismo me doy una vuelta por Vell Talp.

Un saludo,

Christian.

Dorian Villa S. dijo...

Hola, Christian Camilo. Que buen blog el tuyo. Me alegra mucho haberte encontrado. Trataré de hacerme asiduo visitante (quedás advertido).