8/3/11

Regalar libros

Con ocasión de una masiva donación de libros en el Reino Unido, el periódico inglés The Guardian le preguntó a algunos escritores qué libros disfrutan regalar y qué libros han agradecido recibir. Los autores que respondieron a la encuesta superan la veintena. He decidido traducir las respuestas de cuatro de ellos, por hoy. Aquí las tienen:




El libro que más regalo es Pereira Mantains (Sostiene Pereira) del escritor italiano Antonio Tabucchi, traducido por Patrick Creagh (Canongate). Es una novela sorprendente: un thriller político, una historia conmovedora, deliciosamente densa y formalmente intrigante. La regalo porque su lectura es placentera, y por ser, entre los libros que aprecio, el que la gente menos conoce. (También es uno de los libros que más me ha gustado recibir, en San Francisco, hace diez años, por las mismas razones.)




Desde que fue publicada, hace 19 años, la novela de Eugene McCabe Death and Nightingales (Vintage) es el libro que regalo más a menudo. Esto por mi experiencia personal al leerla: las escenas y las oraciones, un completo deleite; además hay una revelación, una sacudida súbita, tan pronto como la inmensidad de lo que realmente está siendo planeado se vuelve claro, a un tiempo, para la heroína y el lector. Es un regalo estupendo porque una vez que uno lo ha leído, se vuelve adicto a comentarlo, a describir la conmoción que le produjo con una dosis de maldad y oscuridad y pura malevolencia, pero también inocencia, cercana a la que sus páginas describen.



La puerta de Magda Szabó, traducido por Len Rix (Vintage), es un doloroso y bello relato sobre el inusual vínculo entre dos mujeres: una escritora casada (anónima) y su empleada doméstica, Emerece, quienes están separadas por clase, edad, experiencia y educación. La historia se desarrolla en medio de un pas de deux emocional y moralmente complejo, que nos mantiene hechizados hasta el final.

Pueden leer la novela una y otra y otra vez sin entender del todo cómo funciona, pero la atmósfera psicológica que ésta conjura es inolvidable. Confirma que la húngara Szabó es una de las grandes voces de la literatura europea del siglo XX. Szabó murió en el 2007, a los 90 años, con un libro en el regazo.




En términos generales prefiero regalar un bono y dejar que la gente elija, pero el libro que la mayoría de las veces regalo es Pale Fire (Pálido fuego) de Vladimir Nabokov (Penguin Modern Classics). Es una novela única, que toma la forma de cientos de páginas de notas al pie hasta la de un poema épico de 999 versos pareados. Es muy divertida, y también muy brillante. Nadie más pudo haberla escrito ni puede pretender escribir algo semejante. Así que la regalo, supongo, como una suerte de examen y en señal de respeto, es decir: «Espero que aprecies este extraordinario libro», y también: «Pienso que eres el tipo de persona culta que tiene el suficiente sentido del humor para hacerlo».

2 comentarios:

Christian C. Londoño dijo...

http://www.guardian.co.uk/books/video/2010/aug/25/as-byatt-facebook

Jose F dijo...

Tiene razón William Boyd —su: Barras y estrellas es también un lúcido regalo—: Pálido fuego es un homenaje a la inteligencia de quien recibe el regalo. De Tabucchi prefiero regalar, por lo mismo: Dama de Porto Pim; Sostiene Pereira es más previsible.
Lo que se dice de: La puerta, de Szabó —"Pueden leer la novela una y otra y otra vez sin entender del todo cómo funciona"— parece más apropiado para una máquina de transmisión de facsímiles que para un libro.
Habrá que aguardar que traduzcan: Death and Nightingales de McCabe (el ISBN español no lo registra), y que Christian traduzca otras recomendaciones, por ejemplo la de Dame A. S. Byatt —con su: Posesión ocurre lo mismo que con Pálido fuego.