El ánimo de estas breves palabras no es revelar o resumir, alabar o execrar, sólo buscan advertir. Quisiera advertir a todo posible lector que El hombre que fue Jueves, no es, a mi criterio, una buena novela para iniciarse en la feliz y exquisita prosa de Chesterton.
No afirmo que la novela sea mala, pero sí sostengo que el final está un poco descuidado, inacabado. Los primeros capítulos siembran la expectativa de un emocionante final; expectativa que es con creces defraudada. En otras palabras: el principio del libro no es digno del final. Un final ambiguo –si es que acaso quiere decir algo-, falto de la emoción, el ingenio y el humor que deleita al lector durante la mayor parte del libro.
Mis juicios pueden parecer bastante irresponsables. Dudé expresarlos. ¿Quién es este torpe lector para criticar a uno de los hombres más memorables de toda la literatura?
Revisé dos biografías de Chesterton accesibles a través de Internet tratando de confirmar mis sospechas; una de Patrick Braybrooke (Gilbert Keith Chesterton. Martin Secker, 1915), la otra de Julius West (G. K. Chesterton. A critical study. The Chelsea Publishing Company, 1922). Al leer varios fragmentos, creo, acerté. A modo de ejemplo, uno:
“El problema de “El hombre que fue Jueves” no es su difícil comprensión, sino la gradual decadencia de interés del autor en el libro acaso porque éste se alargó.”(…) “Comienza excelentemente, pero el final del libro es sólo un torbellino salvaje, una pesadilla con un toque de cinematógrafo.”
(G. K. Chesterton. A critical study. The Chelsea Publishing Company, 1922. Page 35)
Alabar o execrar una obra por su final es una injusticia, lo mismo que alabarla o execrarla por su principio o por uno o dos de sus pasajes. Aún así sostengo que el lector que por primera vez se acerque a Chesterton puede llevarse una mala impresión si comienza por El hombre que fue jueves. En mi caso, si hubiera leído El hombre que fue Jueves antes de leer cualquier otra obra de Chesterton, dudo mucho que mi interés por este autor hubiera continuado.
Termino por creer que El hombre que fue Jueves es una novela que posee ciertas virtudes, muchas virtudes, pero que la posteridad, los futuros lectores de Chesterton, verán como una ingeniosa, compleja, cansada curiosidad.
1 comentario:
Uno nunca debe principiar por el jueves, cuando el principio es el domingo. Y entonces mejor va a la misa literaria del padre Brown:
http://www.acantilado.es/catalogo/los-relatos-del-padre-brown-409.htm
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