Está tarde, haciendo mi frecuente procesión por las librerías de viejo del Centro, tuve la fortuna de adquirir el libro citado por el Doctor Calle (José F) en su comentario a la entrada anterior (Bertrand Russell Responde, Granica 1977). Tan pronto lo abrí, me dirigí a la página 40, donde se encuentra, además de la transcripción de la carta enviada por el pequeño Paul Altmann a Russell, una reproducción facsimilar de la misiva.
La vacilante caligrafía del pequeño Altmann es conmovedora. Acaso Russell nunca recibió una carta tan genuinamente sentida y cariñosa; una carta todavía inocente de la torpe palabrería que a los mayores apenas nos permite expresar tan poco, casi nada.
Comparto con ustedes esta curiosa carta.
"Muchas gracias por todo lo que ha hecho.
"Usted me agrada.
"Si viene a Oxford
venga a tomar el té conmigo.
"Con cariño,
"Paul Altmann
"Tengo seis años"
"Gracias por tu amabilísima carta que me ha complacido especialmente porque me alienta a continuar trabajando.
"Me gustaría tomar el té contigo pero no tengo programado ningún viaje a Oxford. Si fuera allí te lo comunicaría.
"Con el cariño y los mejores deseos de
"Bertrand Russell"
5 comentarios:
Paradoja de Tristram Shandy
Tristram Shandy, como todos sabemos, empleó dos años en historiar los primeros dos días de su vida y deploró que, a ese paso, el material, se acumularía invenciblemente y que, a medida que los años pasaran, se alejaría más y más del final de su historia. Yo afirmo que si hubiera vivido para siempre y no se hubiera hartado de su tarea, ninguna etapa de su biografía hubiera quedado inédita. Hubiera redactado el centésimo día en el centésimo año, el milésimo día en el milésimo año, y así sucesivamente. Todo día, tarde o temprano, sería redactado. Esta proposición paradójica, pero verdadera, se basa en el hecho de que el número de días de la eternidad no es mayor que el número de sus años.
Russell, Mysticism and Logic (1917)
En: los Cuentos breves y extraordinarios, organizados por Bioy y Borges
Iba a poner que el facsímile de la carta del niño Altmann permite advertir que la respuesta de Russell tardó sólo trece días. Pero la transcrpción de Tomás pone en evidencia que demoró una eternidad.
PS. Christian: como te tomaste la molestia de mejorar la traducción de la carta de Altmann, déjame apuntar que te faltó —amén de las señas— traducir el apunte que aparece en la esquina superior izquierda, que no está en mi ejemplar del libro.
Otra curiosidad, Christian: ¿por qué te flagelas yendo —en procesión— a esos cuchitriles que —pretenciosamente— llamas: "librerías de viejo"? ¿Qué culpa expías?
Doctor Calle,
A su primera inquietud no puedo responder: en mi ejemplar tampoco aparece ese pequeño apunte de la esquina; la imagen no fue escaneada por mí. Habría que preguntarle al personaje que tuvo la amabilidad de subir la impresión facsimilar a internet.
Con la palabra "procesión" quería resaltar el estricto orden con que siempre recorro las librerías de vejo, de libros usados, de segunda (como uno prefiera llamarlas); no estaba pensando en la connotación expiativa de la palabra.
"... el estricto orden con que siempre recorro...": Estricto, orden: ¡No te lo puedo creer!
Ya en serio: me alegró mucho que hubieras podido conseguir: Bertrand Russell responde.
Publicar un comentario